ChikiOtaku

Reseñas Anime: “Aishiteruze Baby”

Konnichiwa lectores, en vista que se acerca el día del padre, quisiera hacer una reseña dedicada a los “Oto-san”.

Que pasaría si de la nada te caiga aparezca un niño y que te digan es tu responsabilidad cuidarlo. Antes que pienses en irte al extranjero y empezar una nueva vida, te pregunto ¿Estarías de acuerdo con dicha responsabilidad? Depende de como lleves las cosas, se verá si podrás llamarlo «responsabilidad» o algunos inhumanos que llegan a llamarlos «Error», considerando que los que deberían ser llamados errores serian ellos. Sea del modo que sea, las cosas ya están dadas y ahora tendrás que apañartelas, ya sea en el peor de los casos, o como veremos en este anime, en el mejor de los casos. Esto es Aishiteruze Baby.

Sinopsis

Aishiteruze baby es una serie shōjo que gira en torno a la vida de Kippei Katakura, quien es un chico muy popular de secundaria; y que normalmente coquetea con cualquier chica que vé, sin pensar en sus sentimientos. Su vida da un giro cuando un día queda a cargo de la custodia temporal de su prima menor, Yuzuyu quien tiene cinco años de edad. Kippei se convence de que debe aprender a convertirse en la «madre” que necesita a partir de ese momento.

Ashteru Baby viene a demostrarnos al más puro estilo shojo que nadie esta preparado para ser madre o padre… o ambos. Pero ¿De quién fue la brillante idea de dejarle la niña de 5 años con el Don Juan de la familia? Veo activada 5 banderas de la muerte con sola esa decisión como cuando vi Clannad After Story.

Aprender a ser un padre no es fácil, y más si eres la oveja negra de la familia. No obstante, lo que necesitaba Kippei es una responsabilidad que lo haga madurar y es allí donde entra Yusuzu.

Cocinar, ir a recogerla, pasar tiempo con ella, comprar sus cosas, y estar al tanto de sus problemas, es mucho mas complicado de como suena. Pero viéndolo por el otro lado, tener a una niña a tu lado (en el sentido más puro/paternal posible) es algo muy agradable e incluso muy divertido.

Por lo general se daba estas dos situaciones: A) descuidaba mucho a Yusuzu y ella terminaba sufriendo; o B) estaba tan pendiente de ella que que ahora el que sufre es Kippei.

Creo que una de las cosas que me gusta de los shojos es que los protagonistas son más directos para expresar lo que sienten, aunque Kippei tal vez lo es demasiado y termina metiéndose en los problemas de los demás para ayudarlos. No sabría decir si es sensible o insensible, aveces pasa cosas por alto y en las otras da la impresión que fuera a llorar por algo muy simple.

Junto con el tenemos a otros personajes como la familia de Kippei y sus peculiares hermanos: una hermana mayor mandona y un hermano menor indiferente. Es obvio que tiene que haber un romance  en anime así… pero no es que Kippei se fije en Yusuzu, sino en una chica de preparatoria llamada Kokoro, quien al parecer tiene un problema «similar» al de Yusuzu.

Algo que me encanta de este anime es que se mete mucho en la psiquis de como piensan los niños, lo cual es muy raro de ver en los animes. Nos enseña lo importante que es para los niños los juegos y el tener cerca a su familia. Ellos tal vez no comprendan mucho de los asuntos de adultos, pero eso no quiere decir por que no prestan atención; al contrario, ellos están atentos a todo tipo de información que puedan recibir y  siempre listos para que se les converse.

Habrá demasiados momentos tiernos y cómicos, y por supuesto mucho drama para llorar. El timming de las escenas cotidianas sera algo lento, pero cuando llega el drama con las escenas importantes, si encaja los tiempos.

Bueno, puede que he aya ido un poco por la tangente pero es que como estudiante de psicología me suelo embrollar un poco en el tema. Si les gusto el anime, les recomiendo que sigan con su manga que ya ha finalizado en el 2004, ademas de recomendarles también que miren Usagi Drop que tiene una temática similar a este anime.

Espero que les haya agradado esta reseñas. Dejen sus comentarios,criticas y les deseo un feliz dia del Padre y que la pasen en familia.  

Imágenes: © TMS Entertainment, Yoko Maki.

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