De igual manera que Nisekoi dejó el agridulce sabor, ese raro pero deseado, haré uso del mejor “agridulce signo lingüístico” para la expresión de la misma reseña a la serie con una de las mejores producciones en lo que va del 2014: Nisekoi
Sinopsis
Raku Ichijo es un estudiante de instituto quien es heredero de un poderoso clan mafioso, pero con una vida relativamente normal, a lo mucho es alguien que divaga seguido con un recuerdo de su infancia: “Una amiga suya le regalaba un candado, el cual sería abierto con la llave de ella, con la promesa de que en un futuro el candado sería abierto y ellos se casarían”.
La tranquila vida de Raku llegó al fin de su rutina cuando Chitoge Kirisaki, una chica extranjera es transferida a su escuela, con la cual entra en conflicto casi siempre que se ve.
Para complicar más las cosas Chitoge es la hija de una mafia rival, por lo que para evitar una guerra entre ambas mafias, Raku y ella tendrán que fingir una relación, sin embargo ninguno de los dos se lleva bien, además Ichijo está enamorado de su amiga de la infancia con la cual guarda una grande promesa.
Personajes
Figurando a los personajes, no hablamos de que hubieron muchos baladís, cada personaje se creó cual evolución y ser. Por cuestión de que fueron veinte capítulos, añado que fue el perfecto, este permitió la creación de psicología lenta pero segura a cada uno de los personajes.
Cada personaje tuvo su tiempo, su oportunidad. No se realizó una “atiborración” de un favoritismo por algún personaje, en cambio, los tres personajes principales aparecieron armónicamente de manera que se sintió cual Teorema de Viviani.
Chitoge y Onodera tenían una idiosincrasia propia de la usía del personaje, es decir, jamás pensé que Chitoge tendría más oportunidad, de las que Onodera también tuvo. Agrego que se figura lo irracional de cada ánima. Un logro prolijo del mangaka Naoshi Komi.
Lo nepente de Raku se figura algo tarde, su inicio parece ramplón y algo raudo, más posterior a unas cuantas horas se percata rápidamente que la posición de él no es sencilla. Él pensó que ciertas cosas eran banales, mientras que para otros eran el maná a múltiples decisiones. Raku no degradó su debut, en realidad, ascendió cual la mejor de las parábolas. Más capítulos, mejor personaje.
Producción y Animación
Remembro escenas innecesarias, por mera cuestión de estética, dado a que Shaft estaba detrás de semejante producción que llevó ese prisma de colores al nivel de lo onírico. La susodicha productora es famosa por el tema surealista, mas en esta procuró mantenerse al nivel del manga, aunque agregándole algo del sello Shaft, lo cual dejó saciado el raudo deseo por algo “diferente”.
Shaft, si bien como dijo un amigo: “Es demasiado para Nisekoi”, esta productora procuró cuidarse de no exagerar; vaya que lo hizo y le dio bonanzas a la serie.
ClariS se definió por sí sola y se regocijó perfectamente en la serie: comedia y romance. Aplausos de los más benevolentes para ellas dos.
Historia
Los hilos conectaban, la psicología encajaba, personajes de en sueños. Acá, en la historia, está el dios Jano. Primero figura lo difícil que fue complicar y narrar de esa manera la historia tan simple, mas la segunda parte de Jano no faltó en el umbral de este portón. No se sintió innovación, hubo elaboración pero, ¿y la hermenéutica? ¿Romper el canon? No fue un Madoka, mas no cayó en el baladí de la “rebuscar”.
Conclusiones
Merece una explicación el uso de los “peculiares” términos usados anteriormente: Nisekoi lo merece.
Hablo acá como espectador irracional que se dejó llevar por unas cuantas escenas de estética y buena producción. Algo tiene Nisekoi que enganchó, no me hizo dejarlo como ciertas comedias romanticas que no hacen más que mantenerse en Pi, esta serie animada hizo dudar de los parámetros que uso al ver la serie. En esta ocasión solo me dejé llevar por Nisekoi…y tú, ¿te dejas llevar?