Opinión: La constante del amor en el mundo del anime

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Cuando hablamos del romance, es hablar de uno de los géneros que más han sido explotados en diversos medios. Por supuesto, nuestra animación japonesa no es la excepción, ya sea de forma directa e indirecta, un gran variedad de animes tendrán algún toque de romanticismo en su guión, aunque claro, esto depende de gran forma de la temática a la que pertenezca la obra.

Por un lado, hay Shōnens que abordan de forma sutil y hasta bastante temerosa el hablar e interrelacionar a sus personajes entre sí mismos, después de todo, en dicha rama, el amor es algo que se deja al último. Fairy Tail, Naruto e incluso One Piece son ejemplos de la forma en que se aborda esta temática, en lo que ya es prácticamente un cliché el cómo lo presentan; chicos tontos, chicas posesiva o tímidas. La fórmula al final es ningún punto, sin muy poco logro o progreso.

Incluso, hay casos en los cuales pueden tocar de forma casual el asunto, y saltarse hasta un punto en concreto. Seguramente muchos se sorprendieron al ver a Goku casado y con hijos, cuando mayoritariamente en la serie se la pasaba luchando con la patrulla roja ignorando las intenciones de una infante Milk.

Existen otras animaciones que se atreven a elevar el género e incluso ponerlo al mismo nivel que la dosis de acción, todo conjugándolo con un perfecto toque de humor.

Rumiko Takahashi, una de las mayores exponentes de lo comentado, ha logrado cuajar una fórmula más que embriagante con la cual ha conquistado a sus seguidores. Logro derribar un tabú el cual consistía, en que el romance solamente estaba ligado a los shojos y mas aun, el tirar la creencia que el «amor» solamente era agrado del publico femenino. Inuyasha y Ranma ½ son la prueba viviente de lo citado.

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Si bien el plot, en el caso de Inuyasha era más complejo, había una historia de trasfondo por lo cual, el desarrollo era una constante fácil de seguir y hasta cierto punto, bastante lógica e intuitiva. Caso contrario, Ranma ½ manejaba una forma muy diferente de desarrollar el romance, era un guión sencillo el cual crecía en base a situaciones “cotidianas” conectadas con eventos complejos. El resultado era algo mas creíble y convincente por lo cual, en lo que en un inicio fue un anime de artes marciales, termino siendo una obra que se apoyaba más en el humor despertado por los enredos amorosos desarrollados entre los distintos personajes.

Desafortunadamente, así como a Ranma ½, hay otras obras que las afecta de forma desesperante la nula progresión continua. A lo que me refiero es el no desarrollar más allá de las situaciones superficiales y profundizar, traspasar la barrera de lo cotidiano, es el formalizar los sentimientos que piden a gritos ser expuestos.

School Rumble es un ejemplo de esto, un obra hecha por Jin Kobayashi, la cual, sigue fielmente la línea creada de formar historias cortas dando así a lugar a enredos amorosos, que  a su vez crearán vínculos que jamas serán definidos.

Cambiando de plano y hablando del auténtico dueño del género, los shōjos, estos se presentan más permisivos consigo mismos, procurando siempre hacer fluir el amor de forma más libre y directa, algo per se.

El problema hasta cierto punto de esta proposición es encontrar historias predecibles con escenarios repetitivos, además de mantener ritmos bastantes difíciles de seguir por tornarse tediosos para algunos.

Ya sea por una sobre exposición de algún tema en específico, o simplemente que el propio guión no da para sostenerse por sí solo, el interés que pueda despertar en la audiencia; un público que por obviedad se ve fragmentado en base a gustos y preferencias.

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En mi caso, a pesar de haberme recomendado en varias ocasiones, Kimi ni Todoke, es un anime que hasta la fecha no he podido terminar. Simplemente encontré algo muy difícil de digerir. A pesar de encontrar un historia interesante. Toda una paradoja.

En contra caso, existente otras animes que pueden ser más fáciles de seguir, más que nada, gracias a un balance adecuado apoyado en un par de pilares: la comedia y el mismo romance, además de manejar los momentos dramáticos de forma sobresaliente. Si se combina el adecuado timing, se pueden obtener momentos bastantes divertidos;  agregando personajes interesantes y entrañables, puedes lograr algo más que una producción superflua.

Seguramente muchos conocerán a Toradora, un anime el cual puede ser la representación exacta de lo comentado. A lo largo de sus 25 capítulos que duro, siempre fue consciente de sus aciertos y errores, para logar así una conjunción de gran forma. El amor, el drama y el humor fue llevado de gran forma, casi como si fuera un diorama meticulosamente hecho a mano.

¿Y cual su opinión respecto a este género? De cualquier forma, espero hayan tenido un alegre día de San Valentín.

Imagen: Mokona108.

Publicación por Noe

Comunicólogo en proceso. Apasionado del Fútbol, Videojuegos, Anime y otras cosas. A veces escribo de esos temas.

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